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El color le devolvió la vida a este departamento suizo
En Lugano, la arquitecta e interiorista Maria Duborkina transformó una vivienda sin carácter en espacios acogedores y divertidos para una familia joven.
La vida durante la pandemia fue un reto y para muchos se volvió una oportunidad para hacer un cambio. Es el caso de esta pareja de profesores en ciencias de la computación (ella es italiana y él es alemán) con dos hijos.
“Se dieron cuenta que querían tener más espacio durante el confinamiento y decidieron mudarse aquí”, se acuerda la arquitecta y diseñadora de interiores Maria Duborkina que encabeza su despacho MD Creative Lab basado en Suiza.
Situado en la planta baja de una casa de dos niveles (que data de los años 1950 y domina la ciudad de Lugano) este departamento de 115 metros cuadrados ofrece vistas al largo además de tener un jardín y una piscina.
El proyecto, que tomó solo cuatro meses, consistió primero en cambiar de lugar la cocina para integrarla al salón con el objetivo de crear un espacio de vida abierto y acogedor.
Caracterizada por su arco de origen que fue preservado, la entrada se ilumina gracias a las lámparas de techo de Vibia. Las paredes del salón fueron pintadas con el tono Charleston Gray de Farrow & Ball, volviéndose el telón de fondo perfecto para el sofá verde Polder de Vitra. “Este color actúa como una tonalidad neutra y cálida que funciona bien con las puertas de los 50 que hemos preservado. Mi propósito es crear espacios para un estilo de vida actual que muchas veces se basan en algo clásico. Combinar influencias contemporáneas y tradicionales gracias a innovaciones modernas y elementos vintage me permite dar vida a espacios cozy, confortables y atemporales”, destaca Maria Duborkina.
En el salón, una ventana en forma de arco hace referencia a la entrada. A su lado, la silla Ro de Fritz Hansen (cuyo nombre viene de la palabra danesa que significa “tranquilidad”) invita a relajarse. Del lado opuesto, la estantería blanca Random de MDF Italia expone libros de cocina y de viajes, entre otros elementos.
“Nos inspiramos en el pasado de los clientes (con el mobiliario que ya tenían), en la arquitectura de la casa y en el paisaje circundante, incluyendo la luz natural”, dice Maria Duborkina.
Con su color Studio Green de Farrow & Ball, el dormitorio principal parece fusionarse con los árboles y la vegetación que se pueden admirar a través de la amplia ventana que deja entrar mucha luz natural en el interior mientras que una puerta casi invisible lleva a una oficina. Dos obras de arte de Raul 33 (la pieza “Atlantic” en la pared y la silla pintada a mano de Kartell) añaden toques visuales sorprendentes.
“Desde el inicio del proyecto, los dueños estaban de acuerdo para usar colores”, comenta Maria Duborkina que escogió el tono limón para la sala de juegos adornada con tapetes coloridos y el Dixie Blue de Farrow & Ball en el cuarto de los niños.
“Este departamento es sencillo, funcional, acogedor y divertido. Es lo que los Suecos llaman ‘lagom’. Busco transmitir mi amor por los colores y los motivos en cada uno de mis proyectos que siempre veo como un lienzo en blanco donde usar la paleta y la combinación de materiales y telas perfectas”, confiesa Maria Duborkina. ¡Misión cumplida!
Fuente admagazine.com (extracto)